En las calles llenas de historia y color de Guanajuato Capital, el nombre de Tomás Martínez, mejor conocido como El Cuino, es sinónimo de respeto, trabajo honesto y compromiso con su comunidad. Maistro de la albañilería por vocación, Tomás ha dejado su huella no solo en construcciones, sino en la vida de quienes han tenido la dicha de conocerlo y trabajar con él.



Su historia comenzó desde muy joven, cuando a los 13 años, en 1989, aprendió el oficio junto a su padre. Entre palas, mezcla y andamios, fue formando el carácter fuerte y generoso que lo distingue. Más adelante, por necesidad y convicción, se independizó y comenzó a tomar trabajos por su cuenta, con el propósito firme de sacar adelante a su familia.

Hoy, a sus 48 años de edad, Tomás acumula 35 años de trayectoria como maistro albañil, siendo uno de los más reconocidos en la ciudad. Su conocimiento ha evolucionado junto con las técnicas de construcción, actualizándose constantemente en materiales y métodos que aplica en cada proyecto, grande o pequeño. Pero más allá de su experiencia técnica, lo que más lo enaltece es su disposición a ayudar a quienes menos tienen. Tomás ha realizado numerosos trabajos para personas de escasos recursos, confiando siempre en que la ayuda es recíproca, que lo que se da de corazón vuelve multiplicado.

Cada año, fiel a su fe y tradición, celebra el Día de la Santa Cruz, el 3 de mayo, una fecha sagrada para los trabajadores de la construcción. Ese día, se coloca una cruz adornada en lo alto de las obras como símbolo de protección, gratitud y bendición. Es un momento para agradecer a Dios por el trabajo y la vida, y Tomás lo celebra con especial devoción. Por muchos años, organizó esta festividad en su querida colonia Presa de Rocha, donde su labor no solo embelleció casas, sino que también fortaleció la comunidad.

En esa colonia, se volvió una figura clave: impulsó mejoras, compartió su saber con vecinos y trabajadores, y ayudó a transformar su entorno en un lugar más digno para vivir. Siempre con humildad, siempre con la firme convicción de que el trabajo en equipo y el compromiso social hacen la diferencia.



Hoy, Tomás “El Cuino” sigue activo, enseñando, construyendo y soñando junto a otros. Su legado forma parte del alma de Guanajuato Capital, esa joya arquitectónica y cultural reconocida a nivel mundial. Como él, muchos maistros han levantado esta ciudad con sus propias manos, pero pocos lo han hecho con tanto corazón.

Entre sus obras destacadas y dirigidas el SABES de Santa Rosa , restauración de lozas en supervisión y especialistas del INAH, Proyectos de casas dignas y “pisero” llamado así en la obra, encargado de por colocar piso y azulejo en los inicios del Fraccionamiento las teresas 1 y parte del 2 entre otras obras.

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